Dicen que al unico que no le hace gracia un chiste, es (cuantos problemas te ahorras si pasas de los acentos...) a aquel que lo invento(*sic) i dicen que aquel que no sonrie, es porque esta triste, siente dolor, y asi(*) nos pasamos todos nuestra existencia, con un rictus rigido(*****)

con malas caras, o inexpresivas, todas se extienden y se transmiten de unos a otros, sin para, incesantemente como un hilera de fichas de domino, pero a modo de grandes menires, con inaudibles(i no no-escuchables si no mas bien inteligibles) gritos y exclamaciones de milenarios druidas a su alrededor; como monolitos que vemos aplastarnos, sin escapatoria, luego el rencor o el miedo o vaya vuesa merced a saber, se encargan de que tambien nos convirtamos en tan pesados monolitos, que tremenda huella dejan.

 

Empezaba yo hoy con un poco gracioso lema, (si ese de: Dicen que al unico que no le hace gracia un chiste, es a aquel que lo invento) y venía yo diciendo eso por el titulo que puse a este blog, bitacora, o como guste ella misma de llamarse, pues cada vez me doy mas cuenta de que la critica se dirige a mi propia vida, mi propia experiencia, desagradable a momentos, el cielo en otros, y venia repitiendome (y venia repitiendome, y venia repitiendome) sobre el tema cuando la percepcion me nublo y me trajo de vuelta a la sensatez de ver como desgarro mi IntImIdad por propio placer de hacerme mi propio ECO para seguir guiandome cual faro de alejandria, aprendiendo a no repetir naufragio tras naufragio en el mismo sitio, alejandome de las lagrimas cuando estoy triste, y devolviendo mis pies al suelo cuando me sobre-allegro y me alejo cual navio despavorido que ha visto los mas grandes infortunios al tomar tierra en su nueva conquista, me refiero a aquel navio capaz de resistir pestes i capaz de resistir guerras y hasta del mas frio hielo al mas extremo y frondoso calor.

 

 

El inteligente dijo una vez: no es placer, es sabiduria

El sabio respondio: no es dolor, es valentia

El leon no lo entendio y se fue a dormir una siesta con su noble espiritu